Arenal Sound, para gustos los colores

Cerramos esta semana festivalera con nuestra particular crónica del Arenal Sound. Poca crítica se puede hacer a un festival que ha ido creciendo año a año hasta llegar a congregar a 250.000 personas en la presente edición, con casi 50.000 personas por día de jueves a domingo. Una auténtica pasada. Me generaba especial interés vivir desde dentro un festival tan ecléctico en el que puedes escuchar desde un clásico de los Delinqüentes (en la voz del Canijo de Jerez, uno de su míticos componentes) hasta lo último de Azaelia Banks. En definitiva casi una semana de música, sol y playa, con el “para gustos los colores” por bandera, que hemos querido resumir con nuestro particular top ten. Esperamos que, como nos sucedió con alguno de los grupos, por lo menos os sorprenda.

CRYSTAL FIGHTERS (Love Natural)

Para nosotros los triunfadores del Arenal. No es fácil ver botando a toda la Villa Musical. Ellos lo consiguieron.

IZAL (Qué bien)

Este verano se han llevado el premio a la regularidad, han estado en todos los festivales y rallando a un gran nivel. El año que viene se subirán al escenario principal seguro.

Al San San y al vino vino

Pues sí, como dice el refrán, a cada cosa hay que llamarla por su nombre y dejarse de rodeos. Este año he optado por una Semana Santa festivalera en el San San Festival de Gandía y, qué queréis que os diga, en general me ha parecido bastante decepcionante. La verdad no tenía intención de ser muy cañero. Hay que reconocer que era su primer año con todo lo que ello conlleva. Desde aquí apoyamos todo (o casi todo) lo que suene a música en directo, pero también creemos que hay veces que merece la pena levantar la mano para evitar que se repitan los mismos errores. Después de leer ayer el post resumen de nuestros amigos del San San me sentí realmente engañado y, sinceramente, prefiero que me llamen exigente a que me llamen tonto.

Ahora soy indie

Nos ha costado convencerla, pero por fin se agarra a un clavo ardiendo nuestra buena amiga Coco para demostrarnos que «nunca es tarde si la dicha es buena», mucho más cuando hablamos de música.

Esta es sin duda la frase previa a que todos mis amigos se partan de risa. Seguido de un “anda, que tienes tú una pinta de Indie” o “la rubia, que ahora resulta que es Indie”. Pues sí, lo soy, o no, en realidad no lo sé. Nunca me han gustado las clasificaciones, soy como digo a modo de broma en mi inglés de Argüelles, una Open Mind musical. No podía ser de otra forma. He pasado una infancia de largas horas de coche escuchando y dándole la vuelta a cintas que iban desde Enrique y Ana y Teresa Rabal hasta Perales, Rocío Dúrcal y lo grandes hits de la Chanson Française, que en mi casa lo del bilingüismo lo llevamos a extremos. Así que, viendo esta mezcla es evidente que el que ahora sea Indie es el menor de los daños que he podido padecer.

Concierto clandestino

¿Nos vamos a un concierto clandestino de música reggae en Carabanchel?

Una propuesta interesante ¿no? Rara vez digo que no a un plan que implique música, y, si encima suena a aventura, con más motivo. La vida son experiencias y todas te aportan algo, así que allá nos fuimos.

Llegamos al local, sede de la Asociación Cultural Zumbalé, un grupo que, además de transmitir muy buen rollo, nos abría las puertas de su casa por el módico precio de “la voluntad”. Qué necesarias son estas iniciativas y qué difícil es encontrarlas.

En la sala, unas 20 personas, ambiente alternativo e íntimo que contribuía a aumentar mi curiosidad por lo que íbamos a ver. Se hizo el silencio y, casi sin hacer ruido, se plantó en el escenario Mighty Mike, voz y guitarra de Blueskank, cabeza de cartel de un improvisado Ciclo de Música Estupenda. Su presentación fue breve pero muy sincera, “os vamos a ofrecer algo diferente, eso que hoy en día tanto reclamáis a los músicos”. Y sí, lo cumplieron al pie de la letra.

Vetusta ¡mola!

Silencio absoluto en el Circo Price. Una luz, una guitarra y una voz. Comienza el espectáculo. Atrás quedaban cifras espectaculares de la gira Mapas: 107 conciertos, 18 meses, 589.000 espectadores… Por delante dos días y cuatro conciertos de más de dos horas cada uno. Música en estado puro y en un formato único, con arranque acústico, entretiempo sinfónico  y final electrónico. Se llaman Vetusta Morla y se han ganado un hueco entre los grandes de este país.

En la “intimidad”

Reconozco que la puesta en escena me generaba dudas: todo el público sentado, ambiente relajado, una orquesta sinfónica y, de momento, ni rastro del famoso bidón de Jorge González que siempre acompaña a la banda. Todo bastante diferente a nuestra “última vez” en el Santander Music Festival. Pero comenzó a sonar la guitarra de Guille Galván y Pucho susurró “No he buscado a nadie y llevó días buscándome yo…”. Un halo de respeto inundó la sala para escuchar esta versión sin micros de Pequeño desastre animal.

Cuatro clásicos como Autocritica, Al respirar y un Mapas recelosos de su turno en el setlist acompañaron al, cada vez menos inédito, Los Buenos para abrir boca y empezar a “conocernos”. Roto el hielo, público y músicos cada vez se sentían más cómodos.

Una banda de 60 personas

Casi sin darnos cuenta llegamos al plato fuerte de la noche, los 60 puestos que llevaban esperando desde el comienzo del concierto empezaron a llenarse. Los instrumentos de cuerda, viento y percusión de la Orquesta Sinfónica Regional de Murcia llenaron el escenario. Llegaba la hora de la verdad y el auténtico salto al vacío de Vetusta que se enfrentaba a un verdadero examen, sin causa benéfica de por medio, ante sus más fieles seguidores. Aquello sonaba bien. Los sonidos se iban empastando poco a poco y, ayudados por acordes muy cinematográficos, caminaban de la mano hacia la perfección final.

Fueron necesarios un par de temas, Escudo humano y Rey Sol para cogerle el aire a este nuevo sonido. Se despachaban grandes temas entre acordes, a ratos delicados, a ratos grandilocuentes, pero confirmando un difícil romance entre el rock y la música clásica. La gente se levantaba para aplaudir y, tímidos, dudaban si sentarse o quedarse de pie. El punto de inflexión lo puso Saharabbey Road, con su mítico «lo, lo, lo, lo, lo, lo, lo, lo… la, la, la, la, la, la, la, la, la», allí no hubo dudas, sobraban las sillas y empezaba la fiesta.

Las Baldosas amarillas nos llevaron a un final digno de lo que acabábamos de ver con una majestuosa interpretación de Los días raros, una de esas canciones con las que todos identificamos algún hecho vivido y que con un par de acordes es capaz de ponerte los pelos de punta.

Y el bidón entró en escena

No hubiese pasado nada si el concierto hubiese acabado ahí, dos horas de clásicos, versiones, público en pie y un final digno de las grandes citas. Un video repasaba los datos de la gira Mapas mientras se vaciaba el escenario. Pero apareció el bidón, el famoso bidón, y eso era sinónimo claro de que quedaban “más regalos por abrir”. Lo que te hace grandecambió el tercio, ya era imposible sentarse y había que dosificar las palmas para llegar con fuerza al final. Tras motivarnos con Valiente  y despedir a El hombre del saco llegó La cuadratura del círculo, un resumen perfecto de lo vivido esa noche.

Vetusta consiguió este fin de semana lo que parecía imposible, repasar su última gira, fusionando tres estilos completamente antagónicos pero que gustaron a todos. En definitiva una banda que crece de manera natural, a base de conciertos, de festivales, de kilómetros, de horas de ensayo y de mucho trabajo. Y, sobre todo, crece arriesgando y siendo valiente, porque ser valiente no es sólo cuestión de suerte.

@unclavoardiendo

Son canciones …

¿Alguna vez has pensado cómo sería tu vida sin música? Yo lo pienso y no me lo imagino. Quizás en mí, la presencia musical sea excesiva, pero yo creo que si lo piensas verás que también en tu vida está presente más de lo que parece.

La música son canciones, canciones que nos acompañan, nos recuerdan, nos animan, nos acercan, nos alejan y hasta son capaces de destruirnos, pero al fin y al cabo son canciones. Si piensas en tu pareja, si la tienes, o si la has tenido, seguramente te venga a la cabeza esa canción de … ¿verdad que sí? Parece casi obligatorio que cada pareja tenga su canción, una o varias, pero tiene que estar ahí. Antes se repetía en cada casete o CD de forma recurrente, ahora no para de sonar en tu iPod, iPhone o Mp3.

Internet & Music

Este verano leí una entrevista a Carlos Jean en Expansión de esas que inconscientemente guardas en Favoritos en tu cabeza. Si os gusta la música os la recomiendo porque dice muchas verdades y te invita a reflexionar. Para mí lo más destacado es su opinión sobre la irrupción de Internet en el panorama musical y yo, hoy, os cuento la mía esperando leer las vuestras. Desde hace años Internet y la música han ido bastante de la mano y todo apunta a que tardarán en soltarse. Las prestaciones que nos ha ido dando la Red, a medida que mejoraban las conexiones y la velocidad de tráfico y descarga, a los fanáticos de la música han sido espectaculares, hasta el punto de pasar de esas noches interminables descargándote canciones en Napster o eMule (dejabas 10 bajándose y a la mañana siguiente se había completado 1 como mucho) a escuchar una canción cuando y donde quieres.