Eh, Sabina, dame fuego y Rock&Roll

Nuestro amigo y experto musical David Losa nos habla de su «última vez» con Sabina. ¿Encuentro o desencuentro? Aprovechando que la nueva gira de Joaquín Sabina hacía parada en Gijón decidí, un poco a última hora, acercarme al Palacio de los Deportes de La Guía. Seguramente motivado por ver en directo, una vez más, a uno de los artistas más prolíficos del panorama nacional, admirable músico y letrista excepcional. “500 noches para una crisis” era el nombre elegido para esta nueva gira, el cual homenajea a uno de sus discos más valorados “19 días y 500 noches”. 500 noches para una crisis pensé yo,  con unos precios entre 40 y 75 euros, igual el amigo Mariano al final tiene razón y sí que es verdad que hemos pasado dicha crisis. Pero bueno, asumiendo el alto coste allí me plante totalmente motivado y emocionado en vivir una noche Sabinera, ignorando posibles “gatillazos” o “Pastoras”. sabina (1)En líneas generales el concierto estuvo bien, sería injusto decir lo contrario. El cantante jienense dio un concierto de poco más de 2 horas en el que recorrió parte de su repertorio apoyado por sus brillantes e infatigables músicos Pancho Varona y Antonio García de Diego. Pero me ocurrió algo que no me sucedía desde hace mucho en un concierto, no me emocionó. Quizás cuando pagas cierta cantidad de dinero esperas un show acorde a lo que estas pagando. Está claro que Sabina a sus 66 años ha perdido fuerza, es lógico, no todos los artistas pueden tener la intensidad de los Mick Jagger o Bruce Springsteen, tampoco esperaba eso.  A su falta de fuerza y a pesar de un buen montaje y escenografía fue un concierto carente de voltaje, por momentos costaba escuchar y entender al cantante, sobre todo, en sus recurrentes discursos entre canción y canción. sabina (2)Quizás  la disposición del recinto no era adecuada. Personalmente soy de la opinión que poner sillas en la pista es un error de libro, entiendo que el público Sabinero se ha hecho mayor, pero si quieres ver un concierto sentado ya tienes la grada. No es que esperase hacer “pogos”  frente al escenario en plena balada Sabinera, pero está claro que actuar ante 6.000 personas sentadas resta intensidad, entrega, gozo y conexión artista público. Prueba de ello es que Sabina sólo logró levantar al público en sus canciones más populares, viviéndose el resto del concierto,  un ambiente bastante frío. Quizás a eso sumó también la elección de un repertorio bastante tranquilo, con sus canciones más eléctricas olvidadas. Está claro que es a lo que tiende el cantante, pero muchos nos preguntábamos ¿dónde está el rock and roll que me hiciste cuando eras poeta? Terminaba tan triste que no lo pude empezar. En conclusión, estoy seguro que seguiré disfrutando de la música de Joaquín Sabina, y esperemos que le aguante el cuerpo para muchas giras más, pero para la próxima, o ajusta precios o Yo me bajo en Atocha. @david_losa

Comments

  1. El tiempo no pasa en balde, El y Serrat, lamentablemente, ya no cantan, recitan, con música. Eso sí con su música. Triste … triste es verlos., por el esfuerzo que hacen.

    • Yo creo que todavía dan y darán guerra. No cabe duda que es admirable que sean capaces de subir a un escenario y seguir agotando entradas. Yo con Sabina tuve mi particular desencuentro en Madrid cuando le dio su «Pastora Soler» particular y aún estoy esperando que tenga un detalle con los asistentes al peor concierto de una gira que va ya por los 30 recitales. Cosas como esta son las que alejan al artista de un público que pese a vivir en esa «crisis» de la que habla su gira, se deja un pastón por ir a verle.

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